Hace ya cinco años que la temida polilla de la patata hizo su aparición en Galicia. Y, aunque recientemente fue detectado un nuevo brote que obligó a tomar medidas en diversas parroquias de la provincia de A Coruña, también se levantaron todas las prohibiciones que pesaban sobre los lugares a los que inicialmente llegó esta plaga.
Ahora, la comunidad lucha por recuperar este producto, aunque en la indicación geográfica protegida Pataca de Galicia tienen claro que la incidencia de la misma no fue, por fortuna, la temida. «Creemos que a consellería actuou correctamente neste problema. Foi un pouco dura ao principio, pero agora estamos vendo os resultados», explica Guillermo Budiño, presidente de la IXP. Alrededor de seis millones de patatas se producen cada año al amparo de este sello de calidad, que en breve ampliará su ámbito a toda la comunidad. Y es que «a pataca cultivada en calquera punto de Galicia é espectacular», argumenta.