Apenas un tercio del territorio barbanzano es aprovechable desde el punto de vista agrícola. A día de hoy tienen la consideración de superficie agraria útil (SAU) un total de 31.656 hectáreas, la cifra más baja de la última década. De hecho, durante este período el terreno disponible por los agricultores se ha visto reducido en más de 500 hectáreas o, dicho de otra manera, cada año la superficie de cultivo va a menos a razón de 70 campos de fútbol anuales.
Detrás de esta disminución de la SAU se encuentra la conjunción de varios factores. Los más determinantes, el descenso demográfico y la consecuente pérdida de peso que viene registrando el sector agroganadero en el último cuarto de siglo debido al incesante cierre de explotaciones. Tanto es así, que en el último cuarto de siglo los 11 municipios de la zona vieron como su población total mermaba en más de 13.400 personas y como desaparecían dos tercios de las 21.000 explotaciones agroganaderas que había censadas en 1995. La escasez de oportunidades laborales o los servicios básicos deficitarios en el ámbito demográfico junto a la ausencia de relevo generacional o la reducida rentabilidad en el agro justifican, a su vez, esta coyuntura tan negativa.