Impulsado por movimientos sociales como el #MeToo, nace en la provincia ourensana la bodega de Iria Otero: Vinos con Memoria.
No fue hasta el 2015 cuando decidió dar el paso e independizarse, montando el proyecto Vinos con Memoria. Dejó un trabajo estable para montar su propio negocio porque siempre supo que quería tener algo propiamente suyo. Así nació su bodega, ubicada en Leiro, en las afueras de Ourense. Y el resultado fue más que satisfactorio.
Para poder lanzar su negocio, Otero recibió la subvención Emega de la Xunta de Galicia, que fomenta el emprendimiento femenino. Sobre las ayudas económicas, sostiene que «normalmente son para los grandes inversores de bodegas que ya están establecidas. El problema es que todo es muy caro: la inversión inicial, la maquinaria, la compra de uva… Hay que desembolsar mucho dinero». Por esta razón, muchos emprendedores que aún están aterrizando no cuentan con bodega propia, sino que alquilan depósitos en bodegas de conocidos para evitar realizar una inversión inicial demasiado grande.