Mientras los propietarios de explotaciones artesanales gallegas aguardan la aprobación de la norma estatal que les permita sacrificar en casa a sus animales y Medio Rural apura la puesta en marcha de un matadero móvil, el responsable de Soler De N´Hug explica cómo pudo abrir su propia sala.
Vio pasar el tren y no dudó en subirse. Abel Peraire, un ganadero catalán responsable de la explotación familiar Soler De N’Hug, en Prats de Lluçanes (Cataluña) cuenta que aprovechó un plan de recuperación de ganado ovino y caprino puesto en marcha por la Generalitat para solicitar permiso para instalar un matadero en el que poder sacrificar los animales que venían al mundo en su granja.