El emprendimiento es un concepto que ha ido variando en función de la coyuntura económica a lo largo de la historia. Del mismo modo, la atención que se presta al emprendedor desde las instituciones públicas debe evolucionar y adaptarse a sus nuevas necesidades y a las del ecosistema en el que se integra.
En esta tarea, el Departamento de Industria, Competitividad y Desarrollo Empresarial, a través del Instituto Aragonés de Fomento, ha dado un nuevo impulso a la figura del mediador de emprendimiento, un profesional especializado en la consecución de acuerdos para facilitar, continuar o finalizar un proyecto emprendedor.
Por ejemplo, el mediador de emprendimiento actúa a la hora de solucionar situaciones como las relaciones entre socios y equipos a la hora de conformar la sociedad, en los procesos de incorporación de inversores individuales o sociedades de capital cuando se plantea el crecimiento, o en los procesos de disolución, cierre o traspaso. Así, el mediador de emprendimiento puede ser un recurso clave para hacer despegar un proyecto, ya que está encargado de ofrecer soluciones prácticas, efectivas y rentables en distintos ámbitos: mediación financiera, para conseguir inversores, mediación en el proceso de transferencia de un negocio, conflictos mercantiles que no tengan naturaleza concursal…