El envejecimiento de los agricultores continúa siendo un gran desafío en las zonas rurales. Lo es en toda Europa, como constata la Evaluación sobre el impacto de la PAC en el relevo generacional, el desarrollo rural y empleo en las zonas rurales, publicado esta primavera por la Comisión Europea, pero mucho más en áreas como Galicia donde el sector primario (agricultura, ganadería, silvicultura y pesca) representa el 4,6 % del PIB. La reconversión que está viviendo el campo en la comunidad urge un relevo generacional que no solo dé continuidad a las explotaciones, sino que inyecte en ellas la innovación necesaria que, combinada con la experiencia de las generaciones más mayores, sea capaz de enfrentar los desafíos de un mercado cada vez más global.
¿Cómo hacerlo? Implementando un modelo de gestión cada vez más profesionalizado en las granjas. De hecho, el cambio de percepción sobre el trabajo en el campo que ha traído de la mano esa reconversión en los últimos años es el que está animando a los jóvenes a quedarse o emprender en el medio rural…