Reinvención y adaptación son las asignaturas que deben superar una y otra vez los emprendedores/as como Francisco José Crespo Docampo, vecino de Mondoñedo, que hace varios años buscando una salida laboral se inició como productor avícola. Desde 2014 trabaja y gestiona una explotación con unas 800 gallinas y la comercialización de huevos la canaliza a través de pequeños establecimientos, tiendas y particulares. Ovos Docampo es el claro ejemplo de lo que es una firma de km 0 o de productos de proximidad.
Actualmente vende todo cuanto produce, pero no oculta su preocupación por la incertidumbre surgida a raíz de la situación sanitaria y económica por el COVID-19. «Vendo toda a produción de ovos, pero a ver que pasa agora e de cara ao verán con esta crise», reflexiona Crespo, que reconoce que los comienzos fueron difíciles. Tuvo que afrontar inversiones económicas para contar con infraestructuras bien acondicionadas y hubo que hacer poco a poco una cartera de clientes. «Cuando he empezado vendía más a bares y a restaurantes, y después fui cambiando a supermercados y a tiendas pequeñas», explica el productor, que asegura que aquella reorientación del negocio, sin depender tanto de la hostelería, le permite hoy poder seguir vendiendo a diario su producto.