Juan Pablo Ferreiros usa en A Fonsagrada procesos de elaboración que define como totalmente tradicionales.
Se puede quedar con amigos para hacer cerveza de vez en cuando -más o menos una vez al mes, por ejemplo-, y se puede acabar convirtiendo la afición en una actividad profesional, en proporciones aún reducidas y en un mercado por ahora local pero con intención de continuar y con la cabeza puesta en posibles innovaciones. Juan Pablo Ferreiros, residente en A Fonsagrada, se juntaba a veces, en Barcelona, con amigos para dar rienda suelta a esa afición; años después, habiendo cambiado las orillas del Mediterráneo por la montaña gallega más cercana a Asturias, el pasatiempo se ha convertido en actividad económica.