Prevé incentivar por medio de ayudas el picado de ramas y su incorporación al suelo tanto en viñedo como en cultivos de frutales. Otra alternativa valorada pasa por la recogida del material vegetal para su procesado en empresas de péllets.
La quema de restos de poda, una práctica habitual tanto en viñedo como en cultivos frutales, tendrá que reducirse hasta un 20% antes del 2030.