Alicia, vecina de Ortigosa, está muy contenta con lo bien que va su quesería y el cuidado de sus cabras.
Alicia y su pareja, Marcos,llegaron a Ortigosa de Cameros desde Barcelona y Buenos Aires. Ya llevan trece años viviendo en este pueblo y, junto a su hija, están encantados con su quesería y sus cabras.
Decidieron trasladarse a este pueblo en busca de un cambio de vida y, al ver que en Camero Nuevo no había ninguna quesería, empezaron esta nueva etapa creando ellos una propia. Crearon su negocio y, actualmente, los venden a los vecinos de Ortigosa y los reparten por zonas como Logroño.
Ortigosa, que apenas tienes 100-110 personas viviendo de continuo, cambia completamente de invierno a verano. En la estación más fría, el trabajo de la quesería se complica. El local está en medio del monte, y si nieva, las pistas para subir se ponen difíciles.
En verano, y con la llegada del buen tiempo, la población se triplica y los trabajos de la quesería se hacen más fáciles. Además, llega la temporada alta en la que las cabras producen más leche (de marzo a octubre) por lo que se producen más quesos. También, desde Semana Santa hasta octubre, disfrutan asistiendo a las ferias gastronómicas.
A pesar de esto, su trabajo le gusta todo el año ya que dice que solo ‘‘hay que adaptarse a las estaciones del año».
Alicia nos cuenta que la quesería es un »trabajo de todo el día». Pasan la jornada cuidando a las cabras y haciendo sus quesos, algo con lo que ella disfruta. Aunque también nos afirma que, al llegar a Ortigosa, »empezar la quesería fue difícil». »Emprender en un pueblo es más difícil que hacerlo en una ciudad‘‘ ya que los permisos que se necesitan son muchos y el proceso es muy lento.