En el año 2014 la americana Wendy Diamond, emprendedora, escritora y presentadora de televisión, regresa de un viaje por Honduras, donde ha llevado a cabo labores de voluntariado con la Fundación Adelante que gestiona proyectos de microcréditos para mujeres con recursos escasos. La proximidad a esta realidad hace que Diamond se “empeñe” en promover y visibilizar el emprendimiento de las mujeres en todo el mundo. Es entonces cuando la Fundación de las Naciones Unidas organiza, con el apoyo de más de 144 países, el primer evento global en el que se reúnen mujeres emprendedoras para compartir experiencias, debatir, realizar propuestas,… en el ámbito del emprendimiento femenino.
Este es el origen del Día Internacional de la Mujer Emprendedora.
El último Informe GEM sobre Emprendimiento Femenino revela que la TEA (Tasa de Actividad Emprendedora) femenina en España está por debajo de la media europea (4,7% frente a un 6,3%), aunque por encima de otras economías impulsadas por innovación como Francia (3,4%) o Italia (3,3%). Esto se debe a la baja percepción de oportunidades de las españolas y se proyecta a futuro a través de la tasa de intención femenina en nuestro país, que no llega a la mitad de la media europea (5,7% frente a un 12,4%). En los últimos dos años la actividad emprendedora de las mujeres de todo el mundo ha aumentado un 10% mientras que la diferencia de género se ha estrechado un 5%. En España, esta brecha ha disminuido un 6,5% en el mismo período (55,7% hombres vs 44,3% mujeres en 2016 frente a 58,5% hombres vs 41,5% mujeres en 2014), siguiendo la tendencia de los últimos 10 años, en los que se ha estrechado un 36%.
Aproximadamente el 90% del territorio español se considera “medio rural”, y en él casi la mitad de la población son mujeres. En nuestro país, el medio rural se caracteriza por la masculinización, mayor incluso en los tramos centrales de edad, un envejecimiento importante y un despoblamiento motivado principalmente por la emigración hacia las zonas urbanas.
En palabras de Teresa López López, presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR), “En muchas ocasiones el futuro de la población rural, y de la supervivencia de los pueblos, está en el emprendimiento”. En un ámbito como el rural donde el empleo por cuenta ajena no ofrece las suficientes oportunidades de inserción y mantenimiento en el mercado laboral, y que afecta mayormente a las mujeres, el emprendimiento se convierte en una opción clave no sólo para paliar esa falta de oportunidades sino para el propio desarrollo del territorio. Si no hay población no hay pueblos, si no hay actividad no hay población.
Desde FADEMUR se trabaja desde hace muchos años en el desarrollo de acciones de inserción sociolaboral en las zonas rurales con el objetivo de luchar contra esa falta de oportunidades de las mujeres rurales haciéndolas partícipes de la transformación, de ahí también el apoyo e impulso a proyectos emprendedores y de autoempleo, fomentando fórmulas de economía social y cooperativismo, a través de Programas a nivel nacional y autonómico.
Las mujeres rurales se enfrentan muy a menudo en su iniciativa emprendedora a obstáculos de todo tipo: económicos, sociales, administrativos, logísticos, culturales, tecnológicos, educativos…obstáculos con frecuencia agravados injustamente por el propio hábitat.
Porque las emprendedoras rurales latentes o visibles somos muchas, no celebremos únicamente este día en que parece que nos ven de verdad, sigamos trabajando para celebrar cada día como nuestro, aún tenemos bastante tarea por realizar pero estamos avanzando.