Hace unos años, cuando la joven oscense Alba Chesa se matriculó en la universidad de Gerona, en la especialidad de Ciencias Ambientales, lo hizo, entre otras muchas cosas, motivada por un compromiso basado en la sostenibilidad del planeta. Pero al acabar la carrera no tenía muy claro si el camino que había elegido era el correcto.
Con la ilusión de hacer algo que realmente le gustaba, Alba se matriculó en un curso intensivo de jabones en Barcelona y, aunque duró muy pocos días, se dio cuenta de que era algo que le agradaba mucho. «De la noche a la mañana empecé a investigar y a practicar. Mi cocina se iba llenando de montones de papeles llenos de formulaciones y decenas de trozos de jabón. Los primeros los regalé y, en vista del éxito obtenido me planteé que podía ser un buen medio para ganarme la vida y asentarme en el pueblo».